martes, 28 de junio de 2011


Y digo que escribo pero en realidad describo. La arena resistiéndose a la fuerza del mar, deslizándose lentamente. El agua, el salitre y mis pies. No te hablo de las olas porque mi cabello no es rizado. La furia del mar esperada, una tarde de verano, cuando todo lo arrasó. Y de la luz cálida de un sol moribundo. Y vuelvo a mis pies, que caminan por la orilla de una playa. Mis pies gastados, cansados, quemados y llenos de arena.  Señoras en tetas, niños jugando a la pelota. A cuadros de Sorolla me remito.O a poemas marineros y canciones saladas. Se avistan barcos a lo lejos y lanchas motoras pasean mientras el mundo se acaba a cada paso. Gafas de sol y arena en mi pelo. 
Y digo que describo pero en realidad enumero. Enumero cada paso que doy. Cada uno de los movimientos de mi cuerpo registrados en una suerte de mundo onírico. Será que eran las 3 de la tarde y el calor mataba a las medusas que ahora reposan en la orilla. Y enumero mientras busco la calma. Y hablo de calma mientras mi corazón está ajetreado dándole sangre a cada uno de los músculos que hace que prosiga con mi paseo de tortazos de sol y caricias de viento. 
Y de este compendio de descripciones absurdas, de primaveras eternas que se esconden tras el verano, sólo se puede de deducir que he perdido el norte y que camino hacia el sur.

3 comentarios:

Onofre B dijo...

Decidint si t'adore o t'odie per això de 'Señoras en tetas'

Postal dijo...

Qué raro y verano suena todo después de unas cervezas y una fiesta eslovena cuando ya hace algo de frío (como casi todas las noches) pero mucho calor a mediodía. Ya me imagino por allí. Por lo demás, poco que decir que no sepas ya: de calma y de perder nortes. Así debe ser.

Besos

Anónimo dijo...

Si el mundo se acaba y el norte se pierde ¿para quién escribo, describo y ennumero? Saludos.